¿Es tan importante planificar?

Somos esclavos de nuestros planes de futuro. Cuando planificamos, hacemos una labor de adivinación. Creemos que va a ocurrir una cosa u otra, que vamos a disponer de un tiempo «x» y unos recursos determinados, una cierta salud y una cantidad considerable de estabilidad. Pero, ¿qué pasa si eso no ocurre? ¿qué haremos cuando surjan imprevistos que recorten nuestro tiempo, nuestros recursos, nuestra salud o nuestra estabilidad?

La pregunta es entonces, si realmente debemos planificar, hacer planes, trazar un guión que nos lleve a lograr nuestras metas. La respuesta es bien sencilla: sí, traza tus planes, organiza tus recursos y planifica tu tiempo, pero hazlo ahora, para el presente y como mucho, para un futuro cercano. Y planifica pensando en qué quieres ser, tener o hacer, y no en cómo lo vas a hacer. Trazar todo el plan detallado de acciones que vas a llevar adelante no tiene sentido. Porque parte de la base de que la vida no es una caja de sorpresas. Y todos sabemos que no es así.

Una vez que tengas bien claro qué quieres lograr, cuál es la mejor versión de ti mismo, y pienses en todo lo que haces en el día a día como algo que te acerca o te aleja de esa imagen, irás ¨haciendo camino al andar» avanzando paso a paso para lograr tus metas, trazando, sin darte cuenta, el mejor plan de todos.